Sin duda practicar ejercicio es el mejor remedio para combatir la ansiedad y aliviar el estrés, pero el exigente ritmo de vida a veces impide que le dediquemos todo el tiempo que nos gustaría. Hoy te traemos una recopilación de ejercicios que te ayudarán a aliviar el estrés, y que puedes hacer bien después entrenar, o en casa en cualquier momento del día para relajarte.

Cuello

De pie, con la espalda recta y las rodillas ligeramente inclinadas, lleva tu cuello hacia adelante con ayuda de las manos, que permanecen justo por encima de tu nuca (con los dedos sin cruzar). Toma aire y exhala lentamente mientras llevas el cuello hacia adelante hasta vaciar totalmente los pulmones; las manos ayudan, pero la presión que ejerces debe ser mínima. Al volver hacia atrás, toma aire lentamente. Repite 4 veces.

En esta misma postura, extiende el brazo izquierdo hacia el suelo. Gira la cabeza hacia la derecha sin encoger hombros y lleva la punta de tu nariz hacia el hombro derecho.

Puedes ayudarte tirando con la mano derecha de tu cabeza, pero una vez más, muy suavemente para no forzar el cuello. Mantén esta postura 20” y repite con el lado contrario.

Espalda

De pie, con las piernas separadas al ancho de cadera y las rodillas ligeramente flexionadas, deja caer tu cuerpo hacia adelante a la vez que exhalas. Deja tus brazos extendidos y totalmente relajados hasta vaciar del todo tus pulmones.

Una vez que hayas expulsado todo el aire, redondea la espalda y comienza a inhalar con suavidad, a la vez que vas elevando la espalda muy lentamente. Deshaz primero la curvatura primero en la zona lumbar, luego la dorsal y finalmente la cervical, hasta quedar ergido de nuevo. Es recomendable hacer este ejercicio 2-3 veces muy lentamente, lo importante es que te relajes y sientas como se descarga tu espalda.

Brazos

Manteniendo la postura anterior, eleva tus brazos hasta el frente y comienza a hacer círculos, unos 20” hacia un lado y otros 20” hacia el lado contrario. Los brazos han de estar rectos y firmes.

Continúa con el ejercicio, ahora elevando los brazos hasta el techo, 20” hacia un sentido y 20” hacia el otro.

A la vez que haces este ejercicio, puedes aprovechar para descargar la tensión de los dedos de los pies; deja un pie apoyado en el suelo, y elevar el talón del pie contrario de forma que queden apoyados los dedos de los pies, apretando levemente, no es necesario que fuerces el movimiento. Alterna repeticiones con ambos pies mientras continúas con el ejercicio de brazos.

Respiración

Y por último, te dejamos el ejercicio definitivo para aliviar el estrés, apto para todos con independencia de tu condición física ¡Intenta hacerlo tumbado en la cama sin quedarte dormido!

Tumbado boca arriba coloca tu espalda en posición neutra (de forma que quede totalmente apoyada, sin que quede un arco en la zona lumbar)  y coloca tus manos sobre el diafragma para tomar consciencia de tu respiración. Inhala en unos 3” elevando el diafragma, haz una pequeña pausa cuando tus pulmones estén llenos y comienza a exhalar lentamente (mínimo otros 3”), notando como tu diafragma desciende.

Si quieres, puedes aumentar el tiempo hasta los 5” siempre que no te encuentres incómodo. Es recomendable repetir este ejercicio unas 5 veces, pero lo importante es que te rejales, por lo que puedes hacerlo cuantas veces quieras. Puedes, incluso, hacerlo cuando ya estés en la cama, y repetirlo hasta quedarte dormido ¡Aunque seguro que no aguantas mucho tiempo!

¿Conoces algún otro ejercicio que te ayude a relajarte después de un duro día? ¿Cuál es tu preferido?