Cómo evitar pinchazos con la bicileta

Aunque sufrir un pinchazo es cuestión suerte, existen trucos con los que puedes reducir considerablemente el riesgo de pinchar, y con ello, las probabilidades de arruinar un entrenamiento o incluso una competición:

Revisa el estado de las ruedas antes de salir: Unos neumáticos excesivamente desgastados son más propensos a sufrir pinchazos. Además debes comprobar que la presión sea la justa. Si sales regularmente con la bicicleta, la pena hacerse con un indicador de presión, disponibles a partir de unos 6€.

Párate ante la duda: Si has pasado por una complicada, con objetos como piedras, cristales etc y sospechas que has podido pinchar, no dudes en pararte para inspeccionar el estado de los neumáticos antes de continuar. Un pequeño agujero puede crecer y causarte serios problemas si continúas.

¿Ya has pinchado? Revisa la cubierta después de arreglar el pinchazo. En ocasiones, pueden quedar en ellas restos del objeto que lo provocó, haciendo muy probable que este vuelva a repetirse.

Además de seguir estos pequeños consejos, si coges frecuentemente la bici quizá te interese cambiar tus neumáticos. Las opciones más populares, los tubless o neumáticos sin cámara, o las cámaras antipinchazo, algo más económicas, que llevan un líquido sellante en su interior. Muchos se decantan de por las ruedas tubeless, que aunque algo más caras, han resultado ser las más efectivas. De hecho, ya todas las bicicletas de gama media y alta llevan ya estos neumáticos de fábrica.

Ambas opciones reducen drásticamente el riesgo de sufrir pinchazos, pero no son infalibles, ya que si el agujero del pinchazo es demasiado grande, inevitablemente tendrás que repararlo. Recuerda que siempre la mejor opción es hacer un mantenimiento preventivo de los neumáticos,  y llevar siempre contigo el kit antipinchazos.