¿Conoces la triada de la mujer deportista?

Hace algún tiempo apareció en el mundo médico-deportivo el concepto de «triada», refiriéndose así a 3 tipos de afecciones propias de atletas o mujeres deportistas. Estas afecciones son:

– Alimentación: desequilibrio en el balance energético

– Alteraciones hormonales (menstruación)

– Alteraciones en la densidad ósea.

Estas tres alteraciones ya vayan juntas o separadas llevan consigo consecuencias negativas para el perfecto funcionamiento del organismo.

A continuación vamos a proceder a explicar cada afección por separado para conocer un poco más sobre la triada de la mujer deportista:

Referente al desequilibrio en el balance energético cabe destacar que es motivado por la presión de alcanzar un determinado peso para mejorar el rendimiento.

Existen factores desencadenantes comunes para determinadas disciplinas deportivas y en otros
casos las propias características del deporte pueden introducir factores adicionales de riesgo como en las disciplinas que requieren el mantenimiento de un bajo peso corporal.

En los deportes colectivos pueden aparecer las manifestaciones de la triada, sin embargo, la
mayor incidencia se observa en aquellos en los que se requiere bajo peso corporal por cuestiones estéticas y en los que compiten por categorías de peso, en los cuales además de las cargas físicas, es necesario observar restricciones dietéticas. (Casares, A.)

Damos paso a la segunda afección propia de la triada: alteraciones hormonales y las consecuentes irregularidades en el ciclo menstrual. Estas alteraciones pueden ir desde retrasos en la menarquía en mujeres jóvenes como ausencia de ciclos menstruales (amenorrea) en mujeres adultas. Esto puede ser debido al bajo % de grasa de las mujeres deportistas, así como a los desajustes nutricionales.

Uniendo los dos factores vistos anteriormente se puede desencadenar el tercero: alteraciones en la densidad ósea, ya que ésta tiene mucha relación con el componente hormonal y metabólico.

Paradójicamente el ejercicio físico ayuda a tener una buena densidad ósea, pero si no ingerimos los nutrientes necesarios no se estimulará el crecimiento óseo adecuado.

Vistas las tres afecciones más importantes, lo prioritario será su prevención, educando a las deportistas desde edades muy tempranas a una buena salud nutricional y educación psicológica de calidad. Aquí deben entrar en juego los padres, preparadores físicos, entrenadores y todas las personas que conformen la vida deportiva de la chica.

Es necesario conocer el historial médico, deportivo, familiar y psicológico de la deportista para así poder remontarnos a años atrás en caso de que haya problemas de triada.

A modo de conclusión, si hay sospecha de algún cambio o alteración a nivel metabólico, nutricional o endocrino de la deportista, debemos acudir inmediatamente a consulta médica para evitar que el problema se agrave. Así como dar una correcta educación en todos los aspectos posibles a las deportistas desde edades muy tempranas.

Un saludo.