La naturaleza es como la vida misma y a veces nos regala ciertos alimentos que se asemejan a partes de nuestro cuerpo, de este modo nos podemos beneficiar en gran medida de sus propiedades en esas zonas concretas. A continuación mostramos ciertos ejemplos que te dejarán con la boca abierta:
– La Zanahoria se parece a los ojos: Si cortamos una zanahoria en rodajas, podemos ver la disposición de sus líneas que se asemejan con las del iris y la pupila. Comer zanahorias, por tanto, mejora la visión.
– Las nueces se asemejan al cerebro y son una de las mejores fuentes de omega-3, omega-6 y omega-9, necesarios para el buen funcionamiento del mismo. Si abrimos una nuez por la mitad podemos comprobar su similitud con las ondas y curvas del cerebro.
– Las fresas en su corte transversal se asemejan a los dientes. Estas frutas ayudan a blanquear los dientes, mantienen una dentadura fuerte y sana y ayuda a combartir las infecciones en las encías.
– Los tallos de apio se parecen a los huesos cúbito y radio. Esta verdura contiene gran cantidad de calcio que ayuda a mejorar la calidad de los huesos.
– Y por último, y no menos importante, vino tinto y su semejanza con el color de la sangre: El vino contiene resveratrol y antioxidantes con lo cual ayuda a prevenir la formación de coágulos sanguíneos que están asociados a un mayor riesgo de infarto y enfermedades cardiovasculares.
