Las zapatillas son un elemento clave para evitar lesiones en deportes como el running o el trail. No es suficiente con comprar unas buenas zapatillas, si no que tenemos que cuidarlas día a día y renovarlas cuando aparezca algún signo de alerta. Te dejamos algunos consejos para alargar la vida de tus zapatillas de forma muy sencilla:
¿Cada cuanto hay que renovar las zapatillas?
Por norma general, es recomendable cambiar las zapatillas de running cada 1.000 kilómetros o 6 meses aproximadamente. Estos valores no son más que una referencia, ya que dependen de numerosos factores, como la superficie sobre la que se entrena, las condiciones climatológicas, características del corredor, etc.
Existen ciertos indicadores que evidencian que tenemos que adelantar la sustitución de nuestras zapatillas, aunque parezcan intactas a simple vista, como por ejemplo:
- Las zapatillas se doblan o se adaptan excesivamente al pie, haciendo complicado mantenerlas en posición plana encima de una superficie plana.
- Sentimos que traccionamos excesivamente hacia adelante, factor que nos indica que la suela está más desgastada de lo recomendable.
- Tienen alguna deformación, como por ejemplo, el talón está ligeramente hundido hacia afuera.
Lavado
- Quita las plantillas y los cordones a las zapatillas, y lávalos por separado utilizando detergente neutro y/o bicarbonato, con una esponja o trapo húmedo. Utiliza un cepillo de dientes de cerdas duras para las zonas con relieve.
- No es recomendable utilizar la lavadora, ya que es más agresiva con las zapatillas, pero si no tienes más remedio, utiliza programas de corta duración y agua fría. Evita el detergente en polvo. Lava aquí también las zapatillas y plantillas por separado, envolviendo estas últimas en una toalla para reducir el rozamiento.
- Si las zapatillas están cubiertas de barro enjuágalas nada más llegar a casa y déjalas secar al aire libre. Una vez que el barro se haya endurecido, será más sencillo quitarlo de las suelas y las zonas con relieve, golpeando las zapatillas contra el suelo. Así, cuando comiences el lavado a mano, ya habrás retirado la mayor parte del barro.
Secado
Seca las zapatillas al aire libre siempre que sea posible, evitando que les dé el sol directamente. Aléjalas de superficies que emitan calor, como por ejemplo un radiador, ya que las estropearán más, puedo incluso llegar a deformarlas.
Puedes dar un primer secado a mano con ayuda de papel absorbente de cocina. Puedes crear incluso una base con este papel sobre la que dejar secar las zapatillas.
Si quieres acelerar el secado, puedes introducir algunas bolas de papel dentro pero sin queden apretadas, para evitar que las zapatillas lleguen a deformarse.
No vuelvas a utilizar las zapatillas hasta que estén totalmente secas. Así, es recomendable tener al menos un par de zaptillas para entrenar, especialmente en invierno, cuando tendremos que lavarlas más a menudo.
Conservación
Lo habitual es guardar las zapatillas en su caja, sin embargo, es preferible dejarlas en un lugar ventilado y a temperatura ambiente. Evita los lugares calurosos y/o húmedos.