Entrenando: diferencias entre sexos.

1. Las mujeres tienen mayor movilidad articular que los hombres. Hasta un 10% más, y esto se debe a que los ligamentos femeninos son más laxos y las articulaciones tienen más movilidad. Además la cadera es más ancha, lo que permite tener mayor ángulo de movimiento

2. Los hombres sudan más, por lo que el sexo femenino se deshidrata menos en ambientes calurosos.

3. Los huesos de las mujeres tienen un mayor riesgo de pérdida de densidad ósea por la pérdida de estrógeno. Para evitarlo la mejor recomendación es entrenar la fuerza.

4. El porcentaje de grasa es mayor en las chicas. Además se acumula en zonas diferentes: en las mujeres predomina sobre todo en las caderas mientras que en los hombres se acentúa en el abdomen.

5. Las hormonas que secreta el cuerpo femenino cambian de manera regular a lo largo del ciclo menstrual y eso hace que el carácter, la fuerza, la resistencia, la sensación de bienestar, etc sean diferentes y varíen semana a semana, lo que convierte el entrenamiento en todo un reto.

6. La concentración de hematíes, ferritina y hematocrito son menores en mujeres que en hombres. Esta disminución se puede acentuar con las pérdidas de sangre del ciclo menstrual, por lo que es necesario controlar estos valores para evitar posibles anemias.

7. El corazón de una mujer es más pequeño, por lo que en cada latido expulsa menos sangre y las pulsaciones en reposo son superiores a las de un hombre igual entrenado.

8. Como la cadera de una mujer es más ancha (ya que esta adecuada al parto) la colocación del fémur y la alineación de las rodillas hace que una chica sea más inestable, lo que significa que tiene más facilidad para la aparición de lesiones por estrés de cadera y tibia. Una deportista debe elegir bien el material y utilizar siempre modelos de mujer.

9. La zona lumbar del cuerpo femenino presenta una curvatura mayor, por lo que hay ciertos ejercicios de gimnasio no recomendados para ella. En el caso de los abdominales, la mujer debe centrarse en el desarrollo del eje central trabajando la zona del “core”. También es recomendable, en el caso de las mujeres, fortalecer el suelo pélvico.

10. Las rodillas son más débiles en el caso de las mujeres, tienen una curvatura diferente y eso facilita que el ligamento cruzado anterior se dañe con más frecuencia y que las fracturas de estrés en la tibia sean más frecuentes.