Entrenar en verano nos brinda la oportunidad probar en nuevos lugares y exprimir al máximo las horas de luz, todo un aliciente que sin duda reforzará tu motivación. ¿Eres más de playa o de montaña?
Playa
Cuando pensamos en entrenar en verano, pensamos inevitablemente en la playa. Entrenar aquí implica un menor impacto articular ya que trabajas sobre una superficie más blanda que la habitual, reduciendo la probabilidad de sufrir una lesión. Además, al tratarse de una superficie irregular, trabajas la propiocepción, mejorando tu equilibrio y estabilidad.
El mar nos abre un abanico de posibilidades inmejorable, y es que puedes hacer tus ejercicios tanto en la arena, como en la orilla, o con parte de las piernas sumergidas en el agua para añadir intensidad. No podemos olvidar el baño de después, perfecto para relajarse y mejorar la circulación.
Consideraciones:
- Si vas a correr a la playa no olvides tus zapatillas. No es recomendable correr descalzo, salvo que decidas hacerlo con parte de las piernas sumergidas en el agua. En este caso, además, ten en cuenta que la intensidad del ejercicio será mucho mayor.
- Evita las horas centrales del día y no olvides aplicarte protección solar al menos media hora antes de salir a entrenar para que a tu piel le dé tiempo a absorberla.
- La deshidratación es mayor en la costa por lo que es obligatorio llevar una bebida isotónica si la sesión es superior a la hora.
MONTAÑA
Al entrenar en la montaña estarás a tu cuerpo a producir una mayor cantidad de glóbulos rojos que compensen la falta de oxígeno derivada de entrenar en las alturas, mejorando considerablemente tu rendimiento. Es habitual que los deportistas profesionales incluyan sesiones de entrenamiento en las alturas por esta razón.
Si eres ciclista y quieres mejorar la potencia, un entrenamiento en la montaña será mucho más efectivo que el entrenamiento en carretera, ya que tendrás que trabajar con constantes interrupciones provocadas por las irregularidades del terreno.
Entre otros muchos beneficios de entrenar en la montaña, no podemos olvidar la mayor calidad del aire, la mejora del equilibrio y la posibilidad de darte un baño en algún río o laguna al terminar, para favorecer la circulación, y por tanto la recuperación.
Consideraciones:
- Presta especial atención a las irregularidades del terreno, especialmente si practicas ciclismo, para evitar pequeños accidentes.
- Los rayos solares son más intensos incluso que en la playa, por lo que no debes olvidar la protección solar y accesorios como gorras, viseras e incluso gafas, para no dañarte la vista.
Y tú ¿Prefieres playa o montaña? ¿Dónde vas a entrenar este verano?