Fascitis plantar: causas y tratamiento.

¿Has sufrido esta lesión? ¿Conoces sus síntomas? En el presente post vamos a intentar dar solución a tu lesión y de qué manera puedes mejorar sus síntomas.

La fascitis plantar es un lesión debido a la inflamación de la fascia plantar producida por los pequeños traumatismos repetitivos a lo largo del tiempo sobre el calcáneo, esto evita que el colágeno se pueda regenerar a tiempo y aparece la inflamación.

Aunque esta puede ser una de las causas, hay otros factores que pueden desencadenar la lesión (como podemos observar en la imagen superior):
– Problemas en el arco del pie (pie plano o arco plantar alto)
– Correr largas distancias, cuesta abajo o sobre superficies desiguales
– Obesidad o aumentar rápidamente de peso
– Isquiotibiales acortados
– Tensión el en tendón de Aquiles
– Calzado con suela blanda

El síntoma más común es el dolor y rigidez en la parte inferior del talón, aunque éste se puede reflejar en la totalidad de la planta del pie. Este síntoma puede aparecer a lo largo del tiempo o en un momento determinado. Si actuamos pronto puede desaparecer con relativa facilidad, por el contrario se puede volver un dolor crónico y será más difícil de tratar.

Es una lesión bastante frecuente en corredores, sobre todo aficionados. Si aparece la lesión es recomendable cambiar de actividad y dar reposo al pie, pudiendo realizar otro tipo de deporte como natación, ciclismo… donde el impacto sea inexistente. Importante aplicar frío en la zona para aliviar la inflamación y acudir al médico o al fisioterapeuta para que traten la lesión lo antes posible, como ya hemos mencionado anteriormente.

Algunos ejercicios para mejorar el dolor y evitar que la lesión vaya a más:

1. Tracción sobre una toalla: colocar el pie sobre una toalla y arrugarla con los dedos. Mantén la presión unos 20-30 seg. y regresa a la posición de partida lentamente. Realiza 10 series, unas 3 veces al día. (Imagen 1)

2. Estirar la planta del pie: con ayuda de la mano tracciona los dedos del pie hacia atrás de modo que se estire toda la planta del pie. Apoya el pie sobre la rodilla contraria para facilitar el ejercicio. Mantén 30 seg el estiramiento y vuelve suave. 10 series x 3 veces al día.

3. Aprovechando el estiramiento del ejercicio 2, apoya los dedos sobre la fascia plantar y da pequeños masajes en círculos para intentar relajarla.

Además de intentar relajar esta zona lesionada, debemos incidir sobre la musculatura que la rodea, para, de este modo quitar tensión, por ejemplo en los gemelos como se muestra en la imagen inferior.

Para evitar la aparición de este tipo de lesión es importante llevar una progresión en los entrenamientos, desarrollando la musculatura de forma compensada y dotando al cuerpo del descanso necesario para la regeneración muscular. Espero que pongas en práctica los consejos aquí dados y sigas disfrutando del deporte!