Las agujetas: aparición, evolución y su tratamiento.

Todos hemos sentido el dolor de las agujetas en algún momento de nuestra andadura deportiva. Estas molestias dolorosas se conocen como agujetas o DOMS (delayed onset muscular soreness). La aparición del dolor suele ser mayor a las 24-48h de la realización del ejercicio intenso o prolongado.

La aparición de las temidas agujetas puede ser debido a 3 causas:

– Acumulación de ácido láctico: se basa en una producción elevada de ácido láctico acumulándose en el músculo o en la zona musculotendinosa llegando, incluso a cristalizar. Pero hay otras tantas razones que nos hacen desechar esta opción como la principal causa:por ejemplo sabemos que el trabajo excéntrico tiene un bajo gasto energético con la consiguiente poca producción de ácido láctico, pero sin embargo este trabajo genera un alto índice de agujetas.

– Espasmo muscular: hay varias afirmaciones que mantienen esta causa con la aparición de agujetas. Primero debido a las contracciones intensas que provocan una disminución del aporte sanguíneo al músculo lo cual desarrolla una cierta isquemia localizada, por otro lado se propone que la disminución de oxigeno que se produce favorece la difusión de sustancias al espacio intersticial, algunas de las cuales son causantes del dolor, al estimular las fibras nerviosas.

Otra causa presentada es:

– El aumento de la temperatura debido a la alteración del elemento estructural del músculo, con necrosis de las fibras musculares y rotura del tejido conectivo.

Sabemos que después de las contracciones de tipo excéntrico las agujetas se hacen más latentes. En este tipo de contracción se produce una elongación del músculo simultanea a la misma contracción, para una misma carga de trabajo se utiliza mucho menos oxigeno, menos ATP y se reclutan muchas menos unidades motoras, por lo cual un numero menos de fibras deberán soportar la misma carga y será mayor la tendencia a la lesión en su unión con el tejido conectivo.

A continuación vamos a nombrar los estímulos nocivos que provocan dicho dolor post-ejercicio. Éstos son:

• Lesión de la fibra muscular por un trabajo superior al habitual (preferentemente excéntrico)

• Alteración del sarcolema y la permeabilidad celular

• Aumento del calcio intracelular, degradación de proteínas estructurales

• Difusión de componentes intracelulares al intersticio.

• Acumulación de sustancias nocivas, aumento de la temperatura local y aumento de la presión local por edema.

El tratamiento seguido en estos casos sería practicar el mismo ejercicio que produjo las agujetas ya que aunque vuelvan a aparecer siempre lo harán con menos intensidad y poco apoco se conseguirá que el musculo logre una adaptación al ejercicio. No está claro el uso de antiinflamatorios, ni estiramientos para reducir las agujetas, ni el falso mito del agua con azúcar.

A modo de resumen en cuanto al tratamiento citamos:

• Prevenir la lesión, evaluar bien las sesiones de entrenamiento, evitando sobrecargas innecesarias.

• Repetición del mismo ejercicio que las produjo.

• Aplicación de hielo después de cada sesión sobre las zonas que haya trabajado.

• Analgésicos orales si las molestias son muy intensas.

Como conclusión podemos decir que las agujetas son necesarias para poco a poco ir consiguiendo adaptaciones musculares. Claramente este dolor es mayor con contracciones excéntricas y debemos adecuar el tratamiento dependiendo de las causas que lo han provocado, intentando evitar en todo momento la lesión, midiendo milimétricamente las cargas de entrenamiento.