¿Frío o calor? ¿Cuántas veces nos hemos preguntado si es mejor frío o calor? Pues bien, en el presente artículo vamos a exponer los momentos en los cuales es mejor el uso de la crioterapia (aplicación de frío) y cuando es mejor la termoterapia (aplicación de calor).
Efecto del frío:
Como sabemos, hay diferentes tipos de lesiones, aquí nos vamos a centrar en las de tipo músculo-esquelético. Éstas producen un daño a nivel tisular que se acompaña de edema e inflamación aumentando el nivel de dolor tanto en la zona de la lesión como en los tejidos circundantes.
En este caso el frío, a nivel fisiológico actúa inhibiendo el dolor, la extensibilidad del mismo, el edema, hinchazón así como el metabolismo y el flujo sanguíneo de la zona. Por otro lado si este frío va acompañado de un masaje en la zona el efecto será mayor. Si queremos llegar más allá, el efecto de compresión + frío será el más efectivo de todos.
El frío nunca se debe aplicar directamente en forma de hielo puesto que puede quemar la piel, usaremos bolsas de hielo convencionales, cold packs, bolsas de hielo químicas desechables, toallas húmedas, baños fríos, sprays de vapor frío, geles fríos e incluso crio-masaje…
¿Con qué frecuencia debemos aplicar el frío? Los protocolos son variados, pudiéndose usar uno u otro buscando el mejor ratio aplicación-descanso para cada lesión o individuo.
- 1ª opción: De 10 a 25 minutos 2-3 veces al día.
- 2ª opción: De 20 a 40 minutos cada 2 horas. Total 7 u 8 veces al día.
- 3ª opción: De 15 a 20 minutos de aplicación, repitiéndolo cada 10 minutos durante dos horas, tres o cuatro veces al día en las primeras 48 horas.
Si es cierto que en los primeros momentos de la lesión, la rápida aplicación del hielo hará el efecto de vasoconstricción evitando que el edema sea mayor y evitando que la lesión vaya a más.
Además de estos casos de lesión, es recomendable aplicar frío o contrastes de agua tras entrenamientos largos, duros, para disminuir el daño muscular.
Efecto del calor:
Si es cierto, que en determinadas lesiones el efecto del calor es más placentero y eficaz que en otras. Ejemplos de estas lesiones son: lumbalgias, cervicalgias, grupos musculares grandes como trapecios mejorando la flexibilidad y entumecimiento. El calor se puede aplicar húmedo o seco.
En lesiones musculo esqueléticas se recomienda usar termoterapia tras la fase aguda de la lesión, posterior a 72h.
A nivel fisiológico, el calor hace que los tejidos ligamentosos-tendinosos se distiendan, disminuya la rigidez muscular, se reduzca el dolor y aumente el flujo sanguíneo. Puede estar indicado para diferentes patologías, además de las ya mencionadas anteriormente:
- En contracturas y dolores músculoesqueléticos, ya que el dolor está relacionado con la isquemia (disminución del riego sanguíneo) producida por la vasoconstricción del músculo contracturado, que puede disminuir con la aplicación de calor.
- En afecciones que cursen con acortamiento de los tejidos cercanos a la articulación
- En procesos inflamatorios subagudos y crónicos.
- En reumatismos crónicos como la artrosis, siempre que no estén en una fase de brote agudo.
¿Con que frecuencia aplicamos calor? En este punto no hay un protocolo definido, se recomienda aplicar 3-4 veces al día durante 15-20min cada vez, dependiendo de la patología. Lo que si debemos tener en cuenta son las siguientes recomendaciones:
– No aplicar justo después de la lesión
– Colocar sobre la piel alguna protección, un buen modo de aplicar calor es a través de las mantas eléctricas que vienen con diferentes intensidades.
– No aplicar sobre heridas, lesiones cutáneas…
Una vez aclarados los protocolos y formas de aplicación será más útil su uso en diferentes afecciones y dolores.
A poner los consejos de http://bulevip.com en práctica! Gracias!