El HIIT es un entrenamiento de alta intensidad que se ha popularizado en los últimos años por su gran efectividad para quemar grasas y mejorar la resistencia en un tiempo récord. Pese a su gran efectividad, no es un entrenamiento apto para todos los públicos ¿Sabes en qué consiste?
El HIIT es un entrenamiento que mezcla intervalos de alta intensidad (80-90% de la capacidad cardiaca) con intervalos de una intensidad moderada (50-60%). Estos intensos cambios de ritmo aceleran el metabolismo logrando una quema de grasas inigualable, que se prolonga hasta 48 horas después de la sesión; tan sólo en las dos horas posteriores, el gasto calórico se eleva entre el 6-15%. Es un método excelente para quemar grasa, pero no crea masa muscular, por lo que si quieres ganar volumen tendrás que combinar el HIIT con sesiones de pesas.
El HIIT también se diferencia del resto de métodos en el tiempo de ejecución; con tan sólo 4 minutos de HIIT se queman nueve veces más calorías que en una sesión convencional de cardio de 30-45 minutos, lo que permite recortar la duración del entrenamiento considerablemente. “El efecto HIIT” puede conseguirse corriendo, pedaleando, remando etc… por lo que puedes adaptar tu ejercicio favorito, e incluso practicarlo en la calle.
El elevado estrés que este método genera en nuestro organismo, lo convierte en un entrenamiento que no está al alcance de cualquiera. Está totalmente desaconsejado para aquellas personas en baja forma física, con sobrepeso o que padezcan alguna enfermedad cardiaca.
Incluso aquellas personas en buena forma han de practicarlo con moderación; se recomienda un máximo de 3 sesiones a la semana (sólo 1 para principiantes) y hacer un descanso de 48 horas entre sesión y sesión.