El entrenamiento invisible es que aquel que diferencia a los buenos deportistas de los deportistas excelentes. Para alcanzar el máximo rendimiento deportivo, no basta con machacarse en el gimnasio o pasar horas y horas de ruta, sino que hay que prestar atención a nuestro cuerpo durante las 24 horas del día.
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¿Qué es el entrenamiento invisible?
El concepto de entrenamiento es global, y por ello un buen deportista ha de prestar atención tanto a la preparación física, como a todos los factores que influyen indirectamente en ella, lo que se conoce como el entrenamiento invisible. Si tenemos en cuenta que la mayor parte del día no se entrena, es esencial que prestemos atención a todos los aspectos de nuestra vida que pueden afectar a nuestro rendimiento físico. Concretamente la nutrición, el descanso y factores psicológicos, como el estrés, son factores claves a la hora de progresar o estancarse en el ámbito deportivo.
Nutrición
Independientemente de que practiquemos deporte o no, para mantener un buen estado de salud tenemos que cuidar nuestra dieta. Esta cobra más importancia si cabe el caso de los deportistas, y es que hay que adaptarla a los requerimientos específicos de cada deporte. Por ejemplo, mientras que un deportista de resistencia amateur puede obtener todas las proteínas que sus músculos necesitan de una dieta equilibrada, un fisiculturista necesita un aporte proteico mucho mayor, difícil de conseguir a través de los alimentos habituales y por ello, recurre frecuentemente a la suplementación.
Dentro de la nutrición, no podemos olvidarnos de la hidratación, y no sólo nos referimos a la hidratación que llevamos a cabo durante el ejercicio, si no en la hidratación diaria. Elegir la bebida adecuada para el post entreno, y mantenernos hidratados durante todo el día, ayudará a que tus músculos se recuperen de manera más rápida y efectiva.
Descanso
No por entrenar sin parar te convertirás en el mejor deportista. Has de escuchar a tu cuerpo y darle el descanso que necesita, llevando a cabo periodos de recuperación y respetando al menos algún día de descanso a la semana.
Dentro del descanso, cobra especial importancia el sueño, ya que las fibras musculares dañadas durante el ejercicio, se reparan y crecen mientras dormimos. Ten en cuenta que los deportistas de élite llegan a dormir hasta 10-12 horas en época de competición.
Factores psicológicos
El estado de ánimo y el estrés influyen directamente en nuestra motivación y concertación durante el ejercicio, por lo que tienes que aprender a gestionar tus emociones y evitar que te afecten en la medida de lo posible en el deporte.
En caso de que estés preparándote para una competición exigente, o que persigas un objetivo muy ambicioso (por ejemplo, una gran pérdida de peso) es importante que lleves a cabo una preparación psicológica al margen de tu entreno. Además, para mantener la motivación en el día a día es recomendable dividir tu meta, en sub-objetivos a corto plazo, alcanzables y realistas.