Frecuencia cardíaca al despertar y su importancia en el entrenamiento

11 febrero, 2016

Cada corazón es un mundo, seguro que a la misma velocidad de entrenamiento tu pulso está disparado sin apenas poder hablar y sin embargo tu compañero no para de hablar y contarte «batallitas» (o viceversa). Es por ello que no existe un número estándar para determinar la frecuencia cadíaca normal, en ella influyen el sexo, el peso, la condición física… Según diversos estudios, un ritmo cardíaco saludable estaría entre 60 y 100 latidos por minuto mientras que en atletas podrás ver como incluso baja hasta 40 latidos.

POLAR 800Link Polar V800: https://bulevip.com/es/pulsometros-y-gps/2151-polar-pulsometro-v800-gps-integrado-hr-negro–725882005409.html

En este post lo que vamos a intentar desvelar es lo que nos quiere decir nuestro pulso al despertarnos:

– Si las pulsaciones las tenemos mucho más altas de lo habitual: si normalmente sueles tener un pulso en reposo (recién levantado) de unas 45-50 pulsaciones y un día sientes como éstas están disparadas, puede ser debido a dos razones: O no hemos descansado lo suficiente o aún no estamos recuperados del entrenamiento del día anterior.

Si el día anterior no entrenaste fuerte y aún durmiendo bien el pulso está disparado, puede indicar que estamos incubando algún tipo de infección, esto es fácil de comprobar, si además de tener el pulso alto en reposo sales a entrenar y éste también está demasiado alto es mejor que ruedes tranquilo, sin hacer nada de intensidad y mañana será otro día. Si decides hacer el entrenamiento estipulado aún sintiéndote mal puede que agraves tu estado de salud.

– El pulso está normal pero tenemos molestias musculares severas: puede ser que el entrenamiento de ayer fuese demasiado intenso y necesites quizá otro día de descanso o cambiar de entrenamiento, es decir, si estás muy cargado de piernas y ese día toca hacer series, es preferible que te vayas a nadar unos metros para suavizar esa sensación de pesadez, seguro que tu cuerpo lo agradece.

DURMIENDO

– El pulso está normal al despertar pero al salir a entrenar el pulso no sube aunque hagas grandes esfuerzos para ello: si el día anterior a esta salida has tenido un día ajetreado, has entrenado fuerte y no has descansado lo suficiente, tu organismo se encuentra en proceso de recuperación. El pulso está ralentizado por acción del sistema vegetativo parasimpático que es el encargado de controlar las funciones y actos involuntarios de nuestro organismo.

A modo de entrenamiento, el pulso en reposo tendrá unas consecuencias que se materializan del siguiente modo:

– Aunque realicemos un esfuerzo submáximo el pulso no sube: la causa más directa sería el cansancio muscular, echa la vista atrás y piensa en todos los entrenamientos que llevas a lo largo de la semana y lo que has comido , a veces esta situación se debe a la falta de nutrientes en nuestro organismo.

– Nos ponemos a tope buscando la frecuencia cardíaca máxima pero las pulsaciones se quedan muy lejos de las deseadas: Puede ser debido a dos razones:

1. Que nos hemos pasado con el entrenamiento y estemos sobreentrenados, el cuerpo está fatigado y es incapaz de llegar al máximo.

Pero si no estamos entrenando fuerte y nos pasa esto en mitad de temporada, puede ser debido a una segunda razón:

2. Adaptación cardiovascular y debido a ella hemos conseguido un corazón más grande, el cual no necesita el mismo pulso para generar la misma potencia que a principio de temporada. Por tanto es signo de un buen estado de forma. Normalmente el pulso se queda un 10% por debajo de las máximas que tuvimos en pretemporada.

Ahora ya puedes tener más claro por qué tu pulso funciona de un modo u otro, de ahí la importancia de tomar el pulso al despertar en determinados momentos de la temporada.

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