En 1961, nace Superdiet. Su creador, René Haussin, interesándose por las medicinas no tradicionales llamadas «suaves» y, singularmente, por la naturopatía (enfoque que se interesa por el bienestar del humano en conjunto). Decide adquirir una máquina para fabricar comprimidos a base de polen de flores.
Anticipándose a su tiempo, René Haussin crea prontísimo asociaciones bio y solidarias.
Desde Denain desarrolla nuevos productos con otras presentaciones (cápsulas, tabletas y ampollas bebibles) y adquiere los ingredientes a productores hortícolas locales: sin saberlo, crea las primeras «asociaciones solidarias en susas regiones» y los primeros productos bio de Superdiet, aun ya antes de la aparición de la certificación de agricultura biológica (1992).
Desde ese momento, sus productos son en su mayor parte fieles a sus orígenes: a base de plantas, hortalizas y frutas con certificación bio, enmarcados en asociaciones solidarias con ciertos de sus productores. En su mayor parte se elaboran conforme los principios de la naturopatía y se presentan en ampollas bebibles, cápsulas, comprimidos y polvos.
Se han forjado una reputación única en el campo de los complementos alimentarios bio y del bienestar al natural.
Al usar SUPERDIET, escoge un fabricante comprometido que comparte sus convicciones por una salud al natural, ingredientes con certificación bio, indicaciones claras y trasparentes en sus envases y complementos alimentarios controlados en todas y cada una de las etapas de fabricación que cuentan con la certificación de agricultura biológica.
Para estar a la altura de sus esperanzas, le ofrecen complementos alimentarios a base de plantas y también ingredientes naturales, bio en su mayor parte, presentados en ampolla, comprimido, gelatina o bien en polvo.
Lo interesante del formato «ampolla» es que es de vidrio, material neutro, reciclable, sin migraciones entre envase y contenido, y estable para asegurar la conservación del contenido.
susas fórmulas son en su mayoría:
Para la fabricación de sus productos en ampollas bebibles, emplean 2 métodos de fabricación propios, de eficiencia probada, desde los años 70, que fueron posibles merced a sus saber hacer y sus conocimientos únicos de las plantas:
Emplean un procedimiento neutro que solo usa un disolvente: el agua.
Sus extractos fluidos se fabrican desde plantas secas. Estas se echan en una cuba llena de agua sometida a ebullición a una temperatura incesante de 100 °C por un periodo de entre 5 y 15 minutos. La ebullición se sostiene para ablandar los pedazos más duros de un ejemplo, la raíz del harpagófito o bien la corteza de la canela): esta es la fase de decocción.
Esta etapa va seguida de forma inmediata de una infusión. Común para todas y cada una de las plantas, la infusión es la inmersión de la planta en el agua a una temperatura más baja (80 °C por lo menos), por un periodo de entre 15 y 30 minutos. Atañe a las partes más blandas de las plantas (hojas y flores).
Sus equipo de investigación y desarrollo ha trabajado bastante tiempo en sus comprimidos bio y ha conseguido desarrollar un proceso de fabricación que deja incluir menos aditivos que en la mayor parte de comprimidos bio tradicionales.
Para la fabricación de sus comprimidos bio, combinan extractos concentrados de plantas bio y polvos de plantas bio. Esta combinación les deja incluir en sus comprimidos la máxima cantidad de plantas y la mínima de aditivos alimentarios, lo que deja limitar significativamente el número de comprimidos consumidos al día.
La goma arábica bio y el almidón de arroz bio son parte de los aditivos naturales con certificación bio que usan y que están autorizados por el reglamento europeo sobre la agricultura biológica. La goma arábica bio se usa como «aglomerante» para favorecer la cohesión de los polvos de plantas entre sí y el almidón de arroz bio facilita la operación de compresión.
Para facilitar la fabricación, asimismo pueden usar, si es preciso, aditivos alimentarios autorizados por el reglamento europeo sobre la agricultura biológica y, en su mayor parte, naturales y con certificación bio. Por servirnos de un ejemplo, para susas cápsulas a base de acerola bio, emplean el carbonato de calcio para eludir que la mezcla sea demasiado pegajosa y pueda estropear el material. Evidentemente, cuando no es imprescindible emplear aditivos, no ponen.
También, para ofrecerle una cápsula de conformidad con susas convicciones, crean así como sus distribuidor de cápsulas una nueva envoltura de cápsula con certificación bio. En 2011, tras múltiples años de cooperación, pudieron ofrecer la primera (en ese instante) cápsula de origen marino con certificación bio. La gelatina usada procede de la piel de los peces que generalmente se desecha, con lo que deja revalorizar los coproductos de la pesca. Además de esto, solo se somete a tratamientos físicos o bien a base de agua, lo que le deja tener la certificación bio.
Entre sus más de 80 complementos alimentarios en ampollas bebibles, resalta el jugo puro de rábano negro bio, transformado en uno de los ingredientes primordiales de la fitoterapia.
A causa de sus lecturas sobre las ventajas de las plantas, René Haussin, descubre el rábano negro. En 1974, lo pone a la predisposición del público al desarrollar la técnica de la extracción en frío del jugo puro y su envasado en ampollas bebibles.
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