¿Qué te llevas a la boca el día de la competición? ¿Eres de los que desayuna mucho o poco? ¿Tienes las digestiones pesadas? En las siguientes líneas vamos a intentar dar luz a un tema tan controvertido entre los deportistas.
Nunca es buena idea competir en ayunas, aunque en los entrenamientos nos vaya bien, pero está claro que la competición lleva al organismo más allá. Por tanto la comida previa a un evento de estas características deberá preparar al deportista para la competición y que consiga mejorar su rendmiento en cierta medida. Algunas de las premisas que debemos tener en cuenta son:
1. Desayunar al menos 2-3h antes del inicio de la prueba: si la prueba a la que nos vamos a enfrentar es de corta duración deberemos dejar más margen aún, tomando el desayuno 3h antes como mínimo, de este modo evitaremos problemas estomacales. Si por el contrario la prueba es más larga, el desayuno podremos meterlo 2h-2h30 antes.
2. Evitar todo tipo de alimentos procesados y con alto IG (Índice Glucémico) como por ejemplo bollos industriales, dulces, cereales de desayuno…Los lácteos deberíamos evitarlos en gran medida, pero si decidimos tomarlos mejor que sean desnatados y el queso fresco. Podríamos incluir fruta o zumos naturales.
3. La ingesta excesiva de fibra, grasas, lactosa o fructosa puede aumentar el riesgo de problemas estomacales, sobre todo en aquellas pruebas de carrera donde los impactos con el suelo dificultan la digestión.
4. No improvisar, bajo ningún concepto. No te dejes guiar por lo que te digan otros compañeros, ni pruebes ningún alimento la mañana de la competición. No es el momento.
5. Desayuna tranquilamente. Deberemos levantarnos con tiempo suficiente para desayunar poco a poco, así ayudaremos a la digestión.
Espero que pongas en práctica estos pequeños consejos y nos cuentes tu experiencia, y tú ¿qué desayunas?